Lo más importante es mantener la cabeza fría para poder realizar la maniobra de forma metódica y adecuada. Hemos de tener en cuenta y a mano todos los accesorios de rescate y seguridad
1° Ponga en el agua el aro salvavidas o el chaleco salvavidas con la boya de señalización, si está disponible a bordo.
2° Asigne a un miembro de la tripulación el cuidado del hombre que ha caído por la borda. Nunca lo pierda de vista, ya que no hay nada más difícil que encontrar un pequeño rincón en medio de las olas.
3° Al mismo tiempo que en los párrafos 1 y 2 anteriores, ponga rápidamente al timonel en el viento de la corriente.
4° En este rumbo se navega unas cuantas calles, luego hay que ir hacia atrás.
5⁰ Virar y barloventear hasta entrar en el viento cruzado y dirigirse a un punto a sotavento del hombre en el agua.
6º Dirigirse al viento sin ir directamente hacia el navegante y adelantarlo un poco. Se estima una distancia más corta que la necesaria para frenar y quedar a barlovento.
7º Vire manteniendo el foque en guardia para llegar a barlovento del hombre. Esto le permitirá derivar a sotavento del hombre. Si es necesario, puede jugar con la escota de la mayor.
No hay que acercarse al náufrago a barlovento, ya que se corre el riesgo de morir o herirse al cabecear con la proa. Es aconsejable terminar la maniobra poniendo rumbo a barlovento del barco se inclinará hacia él y será más fácil subirlo a bordo. A menudo el náufrago no consigue subir a bordo, ni siquiera con la ayuda de la tripulación. Si la tripulación está en forma, esto no es un problema, pero si ya está agotada, es posible que no pueda subir a bordo a un hombre grande y débil. Para evitar perder tiempo en una fatiga innecesaria, tome una driza (preferiblemente la del spinnaker) y átela al arnés del náufrago, si lo lleva, o a un cabo pasado por debajo de sus brazos. En este caso, debe tener al menos la fuerza suficiente para mantener los brazos abajo y evitar que el cabo se deslice. A continuación, se le sube a bordo con el cabrestante. También podemos pasarle una cuerda por si se desliza bajo los pies para sentarse, lo que requiere que esté muy tranquilo en el agua.
Durante la maniobra es muy importante saber dónde está el náufrago. Si se le pierde de vista y el mar está agitado, es posible que nunca se le encuentre. Por ello, es importante tener un buen equipo de señalización a bordo: durante el día una pequeña boya con un palo y un banderín atado a ella, que se sujeta a la boya salvavidas, y por la noche una lámpara flotante con una luz potente y una iluminación automática, que también se sujeta a la boya salvavidas. El bote salvavidas tarda algún tiempo en lanzarse, y si el barco va rápido, se desprende del hombre a cierta distancia. Con vientos fuertes, va a la deriva más rápido que el hombre y no puede atraparlo. Para reducir esta deriva, es aconsejable atar un pequeño ancla flotante al salvavidas. Incluso si la maniobra falla y el barco no alcanza al náufrago, seguirá pasando por delante de él. Por lo tanto, es aconsejable tener un cabo listo para lanzárselo en caso de que pueda cogerlo, y así subirlo a bordo sin tener que volver a dar la vuelta. Lo más difícil, por supuesto, es navegar a favor del viento con un spinnaker con viento fuerte.
Lo más difícil, por supuesto, es navegar a sotavento con un viento fuerte y con un spinnaker, porque hay que esperar a que el spinnaker esté arriado antes de orzarlo. Hay que cortar inmediatamente el hilo para arriar la proa del spinnaker y, al mismo tiempo, el timonel se adelantará. A continuación, hay que arriar el spinnaker, guardar el tangón e izar la vela de proa para poder desplegarla a su debido tiempo. Mientras tanto, se sigue el rumbo normal: Popa, trasluchada, viento cruzado.
La maniobra de hombre al agua debe practicarse sobre una boya lanzada al mar. Esto también debe hacerse con mal tiempo para no ser sorprendido si el barco se detiene demasiado pronto. Desde la proa, la distancia de frenado es muy corta con vientos fuertes y mar gruesa. Por desgracia, la gente no tiene ganas de practicar con mal tiempo y acaba por no hacerlo, lo que es una pena.